miércoles, 7 de marzo de 2018

Día internacional de la MUJER TRABAJADORA


Desde el año 1975, cuando la ONU institucionalizó el 8 de marzo como Día 

Internacional de la Mujer, se viene conmemorando el trabajo de las mujeres.
 Con un objetivo que hoy en día sigue vigente: luchar en pro de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo. 

"El Día Internacional de la Mujer se refiere a las mujeres corrientes como artífices de la historia y hunde sus raíces en la lucha plurisecular de la mujer por participar en la sociedad en pie de igualdad con el hombre", recuerda la ONU. 

 ¿Por qué ese día?

 El origen no está muy claro y existen varias versiones. La más verosímil es que fue un 8 de marzo del año 1857 cuando un grupo de trabajadoras textiles decidió salir a las calles de Nueva York para protestar por las míseras condiciones en las que trabajaban. Sería una de las primeras manifestaciones para luchar por sus derechos laborales

Uno de los más destacados ocurrió el 25 de marzo de 1911, cuando se incendió la fábrica de camisas Shirtwaist de Nueva York. Un total de 123 mujeres y 23 hombres murieron. La mayoría eran jóvenes inmigrantes  y suposo la introducción de nuevas normas de seguridad y salud laboral en EEUU. 


Los fallecidos tenían jornadas laborales de 9 horas diarias más siete horas los sábados por un sueldo que hoy equivaldría a entre 166 y 285 dólares a la semana. Según el informe de los bomberos, una colilla mal apagada tirada en un cubo de restos de tela que no se había vaciado en dos meses fue el origen del incendio. Los trabajadores no pudieron escapar porque los responsables de la fábrica habían cerrado todas las puertas de escaleras y de las salidas, una práctica habitual entonces para evitar robos. 




El día de la mujer es un eslabón en la larga y sólida cadena de la mujer en el movimiento obrero. El ejército organizado de mujeres trabajadoras crece cada día. Hace veinte años las organizaciones obreras sólo tenían grupos dispersos de mujeres en las bases de los partidos obreros, pero hoy día las mujeres de la clase obrera se están organizando a sí mismas. Una fuerza con la que los poderes del mundo deben contar cuando se pone sobre la mesa el tema del coste de la vida, el seguro de maternidad, el trabajo infantil o la legislación para proteger a las trabajadoras.

Nosotras, como mujeres, creemos que esta lucha es un proceso lento pero necesario. En el camino hemos ido sumando apoyo de diferentes colectivos y religiones. Muchos hombres se han unido a nuestra lucha, una base muy importante a nuestro parecer, ya que los hombres siempre han sido considerados como "superiores".

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